jueves, 24 de diciembre de 2009

El paro aumenta en 60.593 personas en noviembre

http://www.abc.es/20091202/economia-laboral/paro-noviembre-200912020845.html

El paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo alcanzó un máximo histórico, con 3.868.946 desempleados, a pesar de la moderación del aumento en este mes con 60.593 parados más frente a los 171.243 registrados en el mismo mes del pasado año.
El paro subió en 16 comunidades (a excepción de Extremadura), encabezadas por Cataluña, con 11.802 y la Comunidad Valenciana con 8.322.
El desempleo afecta a aquellas personas de la población activa que, reuniendo las condiciones de edad, capacidad física y mental para realizar un trabajo remunerado buscan empleo y no lo encuentran.
El enorme incremento de la tasa de desempleo experimentado por nuestro país en los últimos tiempos, se debe en gran medida a las siguientes circunstancias: la crisis económica y financiera internacional, la propia crisis inmobiliaria española y la subida de los precios del petróleo y de los alimentos (impulsada principalmente por la fuerte demanda mundial, sobre todo por parte de China e India). Aun hoy, cuando el crecimiento económico parece que comienza a repuntar, sus efectos se dejan sentir todavía con gran intensidad.
Entre las circunstancias antes citadas, merece especial mención, la crisis inmobiliaria española por su extraordinaria capacidad para destruir empleo. La construcción era el principal motor de la economía española en los últimos años, y por tanto, un generador extraordinario de empleo. Sin embargo, la crisis inmobiliaria hizo mella en el sector de la construcción y el motor dejo de funcionar. Entonces se acentuó de forma considerable la desaceleración económica, la crisis y el fuerte aumento del desempleo.
Entre los efectos más importantes que el desempleo ha tenido sobre la economía española podemos destacar:
• La caída de la producción real. Si toda la población activa pudiera trabajar, la producción total del país sería mayor. Al no aprovechar todos los recursos disponibles, la producción se sitúa por debajo del límite de posibilidades de producción.
• Disminución de la demanda. El nivel de pobreza de los individuos aumenta cuando pasan a la condición de parados. Como consecuencia del desempleo y de la disminución de la renta, se genera una caída de la demanda.
• Aumento del déficit público. Si el desempleo aumenta, el sector público deberá afrontar mayores gastos por subsidios de desempleo. Por tanto, si no aumentan los impuestos, el déficit público se incrementará.
En síntesis, podemos afirmar que el desempleo genera desaceleración económica, pues las familias al perder sus trabajos, tienen que reducir sus gastos. Como el consumo de los ciudadanos se reduce, las empresas tienen menores ganancias y se encuentran obligadas a reducir sus plantillas. De esta forma, se crean círculos viciosos de los que resulta complicado salir. Concretamente, porque sólo es posible reducir la tasa de paro si la economía crece por encima de un nivel determinado. Por tanto, se hace imprescindible la puesta en marcha de un nuevo modelo productivo que permita mayores niveles de crecimiento económico. De esta forma, se conseguirá invertir la tendencia negativa actual y comenzar así a crear empleo estable.
La relación que existe entre la Ley de la oferta y la demanda con el desempleo se establece a través del mercado de trabajo. Es decir, aquel mercado en el que se ofrece y se demanda trabajo: la oferta de trabajo está conformada por las personas que, en un momento dado, desean trabajar a cambio de un salario; la demanda de trabajo está conformada por el número de personas que están dispuestas a contratar las empresas, que requieren de este factor productivo para realizar sus actividades. La oferta y la demanda coinciden en el mercado de trabajo y como resultado sale, como en cualquier otro mercado, el precio de la mercancía, que en este caso es el salario. El salario es el conjunto de ingresos que reciben los trabajadores, en dinero o en especie, por la prestación de sus servicios laborales por cuenta ajena.
La demanda y la oferta de trabajo conjuntamente determinan el equilibrio en el mercado de trabajo. Cuando éste no se alcanza, aparece el desempleo. Es decir, que la cantidad de personas que buscan empleo supera ampliamente el número de puestos de trabajo disponibles. Esto es lo que ocurre actualmente en España, la creación de empleo sigue siendo menor que el crecimiento de la población activa (personas que quieren trabajar). Para corregir el fuerte desajuste existente entre la oferta y la demanda, es necesario aplicar con urgencia medidas de “choque” que sirvan de estímulo y contribuyan al inicio de una rápida reactivación económica. Porque (como dije anteriormente) la única forma de reducir la tasa de paro es hacer que la economía crezca por encima de un determinado nivel, y así comenzar a generar empleo estable.
En mi opinión, para combatir el desempleo, es necesario reconducir nuestra economía con una serie de reformas, que apuesten por un cambio del sistema productivo. Resulta imprescindible sustituir el modelo económico vigente hasta ahora, basado en la construcción, como motor principal de la economía española, por otro, que apueste, por la tecnología y la innovación, la formación y las energías renovables, y además, que incremente los fondos destinados a I+D.
Además, en una situación de crisis tan profunda como la que vivimos, donde las familias no consumen y las empresas no invierten, considero indispensable, adoptar medidas concretas dirigidas a combatir la falta de liquidez, bajando los tipos de interés (que abaraten las hipotecas) y generando expectativas que acaben con las reticencias de los bancos a la hora de conceder créditos. Con ello, conseguiremos que las familias tengan más dinero para destinarlo al consumo y que las empresas puedan beneficiarse de la financiación como recurso para conseguir alcanzar su máximo crecimiento y desarrollo.
También, acometería una reforma laboral previamente consensuada con los diferentes agentes sociales (sindicatos y patronal), para aumentar la flexibilidad en la contratación, con contratos de tiempo parcial. Con ello, lograría, que el mercado laboral se amoldara mejor a las necesidades que la actual situación de crisis requiere, facilitando la contratación de un mayor número de personas.
Por último, mejoraría la calidad de los servicios públicos de empleo para dar ayuda personalizada a los parados y fomentar su proceso de aprendizaje permanente.
Desde mi punto de vista, esta batería de medidas serían las más adecuadas para luchar contra la destrucción de empleo, y a su vez, conseguir generar puestos de trabajo estable a corto y medio plazo.

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